stopBCN_Mente: !SHHH!

De la línea azul hago transbordo en la roja, el metro huele a humanidad en estado puro, tres paradas y salgo por el pasillo hasta la calle. Allí atrapo por los pelos el 74 y aparezco en pleno centro rodeada de miles de viandantes, coches y bicis que van al desenfrenado son de la ciudad. Caminando por las callejuelas del Born me encuentro un billete naranja, Barcelona se para y mi teléfono suena de repente. Es mi hermana que me cita antes de la medianoche en la calle Picasso. Con todos estos estímulos se me olvidaba que a las 7 he quedado con un amigo para ir a meditar a la Casa del Tíbet. Sólo he ido un par de veces pero siempre me sentido a gusto y he salido muy relajada. Si eres una persona curiosa y tienes interés por conocer la cultura Tibetana te recomiendo que visites este lugar, infórmate en su Web. Muchas de sus actividades son gratuitas y están abiertas a todos los públicos desde 1994.

Ya son las once y cuarto y antes de ir al lugar de la cita paso por el Arco del Triunfo a ver los skaters que siempre rulan por ahí. Mi hermana ya me estaba esperando y entramos a un local que tiene una puerta enorme de madera que conduce a una sala con unos sofás mientras esperas para entrar al misterioso lugar. El olor de la sala de la entrada es muy relajante y después de la meditación me quedo medio frita en el sofá. Mi hermana me da una bolsa con un bañador y me pregunta si estoy preparada para probar el baño de los mil chorros. Enseguida nos llaman y entramos en un bañuelo restaurado que formó parte del sistema de reserva de agua de la ciudad para hacer un recorrido por los baños árabes de Aire de Barcelona. Una hora y media de relax en un entorno muy cuidado y poco masificado. Un pequeño lujo, que vale la pena probar por un mínimo de 25 euros por baño y aromaterapia como tarifa más económica. También ofrece la posibilidad de hacer masajes, rituales, reserva de entradas on-line y puedes comprar un regalo muy original. Visitad la página e imaginaros dentro…